En la Sima.
¿y si hubiera sido esta?
O cualquier otra cercana. Pero fue probablemente muy cerca.
José Francisco Ruiz Montoya y Teresa de Quevedo Durán un matrimonio sin hijos que cambiaron el proceso natural de una historia. Ellos fueron como como muchos otras personas, esos matrimonio sin hijos que llegan a gozar la suerte de ternerlos, porque la fatalidad, la miseria, tal vez la enfermedad o la muerte prematura podían ser la causa adecuada para que una madre o un padre abatido permitiera que alguno de sus hijos fuera criado por algún familiar o amistad cercana, con el doloros ero generososo fin de que su hijo o hija llevara una vida sin faltas.
Y así comienza la historia de aquella niña que, con apenas 1 año, comenzó a vivir parte de sus días en cada de José Francisco y de Teresa.
Tal vez la Sima tenga más historias de desdichas y felicidad, pero esta bien uede ser una de esas.
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